FOTO CALLEJERA
FOTOGRAFÍA CALLEJERA El pulso de lo cotidiano Salgo a la calle sin guion. Busco la luz, las sombras, los gestos anónimos que habitan entre el ruido. Fotografiar la calle es, para mí, un acto de contemplación. Me relaja, me libera, pero también me entrena. Es el espacio donde practico mirar sin intervenir, donde la intuición afina su puntería y el azar se vuelve lenguaje. Esta serie no responde a un solo proyecto, sino a una práctica constante. Caminar con la cámara es parte de mi rutina creativa. Me ayuda a mantener el ojo despierto, a leer la luz con más rapidez, a anticipar momentos. Todo lo que aprendo aquí —el ritmo, la paciencia, la espontaneidad— lo llevo conmigo cuando documento bodas o historias más estructuradas. Fotografía callejera como ejercicio, como meditación, como laboratorio visual. Porque antes de encuadrar, hay que saber mirar.