
INSTANTES QUE YA SON MEMORIA
El vestido ya abraza su cuerpo como si siempre hubiera sido parte de ella. Las damas, cómplices y amigas, ajustan con cuidado cada detalle: un encaje, una sonrisa, una lágrima contenida. En el fondo, un camarógrafo captura el todo sin saber que también se vuelve parte del cuadro.
La habitación está llena de risas nerviosas, miradas que se cruzan, manos que tiemblan un poco. Todo sucede rápido, pero a la vez se siente eterno.
Es el caos dulce del “getting ready”, donde la historia empieza a latir.




